Bienvenidas las diosas—las características y funciones de los asteroides en la astrología

Por Rafael Aragón

Lunes, 16 de Sept. de 2019

Bienvenidas las diosas—las características y funciones de los asteroides en la astrología

A la hora de observar cartas natales y los movimientos en el cielo que marcan el clima astral, nos apoyamos mayormente en los signos zodiacales, los planetas, las relaciones angulares entre estos, el ascendente y el despliegue de casas.

En esta ocasión, vamos a introducir otros elementos de gran utilidad que ayudan a comprender y tener más información acerca de los movimientos y las interpretaciones del cielo, estos son los asteroides.

Adentrarnos en los asteroides es ampliar nuestro campo de información, ya que estos nos brindan funciones, energías y elementos que sumamos a la hora de interpretar una carta natal temporada astrológica.

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Los asteroides, al igual que los planetas, van cambiando de signo, ocupan una casa astrológica y forman aspectos. Y, como verémos, su influencia sobre nosotros es muy marcada. A continuación pasaremos a explicar los más utilizados.

Los principales asteroides utilizados en interpretación astrológica son Quirón, Juno, Vesta, Palas y Ceres. Estos últimos cuatro son llamados “las cuatro diosas del zodiaco”, ya que tienen una importancia muy fuerte en la mitología greco-romana.

Salvo Quirón, los demás asteroides están en cada signo durante 3 o 4 meses y retroceden cada 14 y 16 meses, de 90 a 120 días.

Quirón: El sanador herido

Asociado con los signos Virgo y Sagitario, Quirón suele pasar entre 1.5 y 8 años en cada signo debido a su trayectoria elíptica; y retrocede una vez al año durante 4-5 meses.

En la mitología, Quirón es representado por un Centauro que fue abandonado por su madre y rechazado por su aspecto, luego de sufrir bastante. Sin embargo, al volverse maestro y curandero, logró ser famoso por sus conocimientos dentro de la medicina.

Dentro de la carta natal, su posición por signo, casa y aspecto nos muestra la herida más profunda que llevamos dentro, el lugar donde más dolor tenemos—un dolor que es existencial. Esta herida no tiene una cura definitiva, pero cuando nos enfocamos en sanar a personas con esas mismas temáticas dolorosas, es cuando nuestra propia herida comienza a sanar.

Un ejemplo de esto sería el de un coordinador de un grupo de Alcohólicos Anónimos, que luego de vivir en carne propia la enfermedad y trascenderla, se pone al servicio de ayudar a personas que están tratándose. Aquí la ironía es que, para poder sanar, Quirón primero tuvo que haber sido herido.

Lo mágico de conocer a Quirón en nuestra carta es su ayuda para lograr una hermosa comunión con los demás en donde la sanación mutua prospera.

Juno: Nuestro compromiso

Asociado con los signos Tauro y Libra, Juno es un asteroide muy utilizado en cartas de parejas (sinastrías), ya que habla mucho de la convivencia entre dos personas y el matrimonio.

Mitológicamente, Juno es la diosa del matrimonio quién ocupo un importante papel de deidad dentro de la religión romana y como esposa de Júpiter.

Su posición en nuestra carta natal nos indica el área donde nos comprometemos de corazón hacia algo o alguien—no un compromiso desde una obligación, sino desde el deseo. También se ocupa de definir el tipo de amor platónico que nos atrae, y las idealizaciones que hacemos al conocer a alguien.

Es muy interesante entender la dinámica de Juno en una carta natal ya que indica el tipo de pareja que buscamos. Y para entender mejor nuestras relaciones interpersonales, es muy útil ver su relación con el planeta del amor—Venus.

Vesta: Nuestro fuego sagrado

Afín con el signo de Escorpión, Vesta es la diosa del fuego que habitaba en un palacio en las afueras y estaba resguardada por las Vestales guardianas que se ocupaban de mantener las llamas del altar encendido.

Su posición por signo y casa nos indica donde tenemos nuestros talentos, aquellos que muchas veces no ponemos en práctica debido a que desconocemos que los tenemos. También habla de nuestra expresión sexual en todos los órdenes y del área en la que ponemos nuestra libido y pasión.

En una consulta astrológica, este asteroide es vital para identificar dones con los que vinimos que desconocemos.

Palas: Nuestra mente superior

Asociada con el signo Virgo, la también llamada Palas-Athenea era una diosa que estaba avocada a la guerra justa y utilizaba la mente y la estrategia como principal arma.

Este asteroide tiene una resonancia con el planeta Mercurio, pero su diferencia radica en que Palas no interviene en los procesos de aprendizaje o comunicación. Al relacionarse con el pensamiento lateral, la inteligencia superior que Palas rige se relaciona con nuestra destreza, nuestras capacidades cognitivas y la forma que tenemos para resolver problemas.

Identificar nuestro Palas nos abre las puertas a comprender como resolver y salir de laberintos; además de saber dónde enfocar nuestra inteligencia.

Ceres: Nuestra productividad

Afín a los signos de tierra Tauro y Virgo, Ceres es la diosa de la agricultura y la encargada de cultivar la tierra, cosechar el trigo y elaborar el pan.

Este asteroide está muy ligado a la luna, ya que habla de nuestro amor incondicional y de la forma en la que protegemos sin esperar nada a cambio. La luna, entre tantas de sus funciones, tiene la de nutrir emocionalmente. A diferencia, Ceres es el canal por el cual salen las emociones al marcar que parte de nuestra vida más atesoramos y en la cual somos productivos.

Comprender nuestro Ceres nos ayuda también a comprender a nuestra luna, ya que las funciones de ambos son complementarias.

 

-Rafael Aragón es un astrólogo profesional con inclinación humanista y psicoastrológica viviendo en Argentina. 
-Arte por cortesía de Whale & fish