Astrología de febrero: Venus en Aries y Mercurio retrógrado en Piscis
Este mes de febrero, el principal evento astrológico es la retrogradación de Mercurio. Se trata de la primera de las tres retrogradaciones que el planeta tendrá durante el 2020.
Al comienzo del mes, el 3 de febrero, Mercurio ingresará a Piscis. Incluso cuando su tránsito por Piscis no es una retrogradación, Mercurio en ese signo no funciona en todo su potencial, ya que la energía de Mercurio es más relativa a la comunicación oral, y en Piscis lo que funciona es el lenguaje no verbal, como los gestos de cariño y la comprensión emocional.
Si a esto le añadimos que en esta ocasión va a retrogradar, probablemente sea un mes en el que se pierdan mensajes y correos, nos sea difícil concentrarnos, queramos vivir como si no existiera el tiempo y los horarios y, en definitiva, un mes en el que la planificación diaria debería ser mucho más flexible que habitualmente.
La retrogradación va a ser desde el 17 de febrero hasta el 10 de marzo. Sin embargo, Mercurio no permanecerá en Piscis durante todo el período de retrogradación, sino que el 4 de marzo reingresará a Acuario.
Si no fuera porque Venus, planeta de las relaciones, estará en Aries desde el 7 de febrero, este parecería el mes perfecto para reencontrarnos con personas del pasado, recuperar el contacto con amistades con las que nunca encontramos tiempo para reunirnos y, en general, para reconciliaciones.
Pero Venus estará transitando por el signo de la guerra, y el regente de este signo, Marte, estará en Capricornio desde el 16 de febrero, así que aquellas personas con más Piscis en sus cartas pueden estar buscando esos reencuentros. Por otro lado, las personas más arianas estarán pensando en temas profesionales, quizás demasiado ocupadas y centradas en su futuro como para sentir melancolía por tiempos pasados.
Por suerte, el 19 de febrero el sol ingresará a Piscis, uniéndose a Mercurio y a Neptuno, así que, si estás pensando en un reencuentro con un antiguo amor, te recomiendo que lo hagas después del 19, ya que es mucho más fácil que encuentres receptiva a la otra persona. Eso sí, es posible que tarde en responder o que llegue tarde a la cita, ya que con Mercurio en Piscis nos distraemos y miramos el reloj y el celular lo mínimo posible, al menos quien se lo pueda permitir.
El día 9 de febrero será la luna llena en el signo de Leo, un evento que finaliza un ciclo que comenzó el 1 de agosto de 2019. En aquel momento, teníamos una luna nueva en Leo y también una acumulación de planetas en ese signo. Queríamos encontrar nuestro camino, y el universo, aunque aún no lo veíamos, estaba abriendo las puertas para que pudiéramos disfrutar más de la vida y manifestáramos nuestra verdadera esencia.
Desde entonces, han sido unos meses de depuración del ego, de comprender qué deseos no se han dado porque no nacían de la esencia, sino de la búsqueda de reconocimiento, o de necesitar la atención o el amor de otras personas. Es posible que hayas observado que estos meses las personas han estado muy exigentes contigo y han buscado errores mínimos en tu trabajo para llamarte la atención, cuando a otras personas no le hacen lo mismo. Quizás son señales tanto de que estás en el lugar equivocado como también de que puede que estés haciendo tu trabajo con una energía excesivamente rígida que no deja lugar a la espontaneidad o a disfrutar de lo que haces. Es decir, que trabajas solo por cumplir la obligación y te relacionas con otras personas solo por costumbre.
Si hiciste ese trabajo de pulir la piedra en bruto, ahora es momento, durante la luna llena, de brillar en toda tu esencia, y de atreverte a mostrarte al mundo tal cuál eres sin miedo al rechazo. Has comprendido la lección, es mejor que te critiquen por ser quien eres a que lo hagan por fingir ser alguien más.
Si estás esperando encontrar un buen día para lanzar un proyecto creativo o, por ejemplo, abrir una página web, esta luna llena puede ser un buen momento. También lo es si quieres hacer una declaración de amor. Incluso para hablar en redes sociales o en encuentros de lo que te gusta, y sin miedo, ya que la energía del eje Leo (Yo) – Acuario (los otros) hace que cuando nos atrevemos a expresarnos atraigamos a aquellas personas que son semejantes.