Por Maria Sasia Medrano

Viernes, 2 de Ago. de 2019

Clima astrológico post eclipses—en contacto con nuestro inconsciente

Pasaron los eclipses y todos respiramos un poco. Hay cierta sensación de alivio. Fueron intensos y se movieron muchas cosas, ¿porqué será que los eclipses nos mueven toda la estantería y nos dejan sin entender mucho de lo que esta sucediendo? A continuación, trataré de ensayar algunas respuestas.

Si ordinariamente una luna nueva es un momento de siembra, un eclipse de luna nueva se trasforma en una lunación repotenciada; lo mismo con la luna llena en donde usualmente sería un excelente momento para evidenciar y experimentar gran sensación de “poder ver”. ¿Porqué? Porque son lunaciones en donde previamente tuvimos que recorrer la oscuridad de un eclipse. Es decir, los eclipses no son más que la oscuridad del inconsciente previa a un nuevo amanecer.

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En este sentido, la astrología tradicional entendía que los eclipses eran un momento bastante malo o de mal augurio. Pensemos que en la antigüedad no había tantas herramientas de información para adentrarnos y adelantarnos en los procesos, por lo que no había una investigación regular de porqué en determinados momentos y lugares se hacía de noche cuando debería ser de día. Los eclipses eran considerados la oscuridad de la luminaria solar más importante y por ello las personas debían resguardarse de sus efectos.

En la actualidad en donde tenemos mas herramientas e información, quizá podemos darnos el lujo de aprovechar un poco mas algunos procesos, inclusive si estos nos invitan a adentrarnos en lo oscuro. El otro día una consultante me preguntaba a qué me refería cuando hablaba de ‘oscuridad’. Lo oscuro es lo que no se ve, es decir, es lo no-consciente. Ese momento de sombra que en la antigüedad era temido, hoy quizá podemos resignificarlo como una posibilidad de, a consciencia, entender qué pulsiones se juegan en nosotros mas allá de nuestra voluntad. Seguramente los eclipses pueden habernos movido en este sentido y pueden haber traído una sensación de retorno de algo que previamente había muerto: eventos, escenarios, relaciones, vínculos o ex parejas que, sin que entendamos porqué, volvieron por algún pendiente.

Si algo de toda esa sensación de retorno del pasado te sucedió y llegaste hasta acá, estaría bueno evaluar cómo te sientes hoy al respecto y qué hiciste con ello. Lo que pasa en época de eclipses tiene una sensación de mandato y seguramente puede haber modificado o interpelado muchas cuestiones en donde quizá estábamos seguros y cómodos.

Actualmente los planetas en Leo son una buena oportunidad para poder pensar cómo los eclipses interpelaron nuestra identidad, lo que somos y lo que no, lo que nos identifica y lo que no. El sol transitando por el signo Cáncer puso de relieve mucho de nuestro inconsciente lunar. Ahora, el sol leonino trata de ponerle luz y calor a todo nuestro proceso interno y tiene aspectos muy interesantes en el cielo actual.

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En clave de tránsitos planetarios, los planetas en Leo están en trígono a Júpiter en Sagitario, un excelente empuje y una gran motivación; pero a su vez, están en tensión con Urano en Tauro, lo que representa la necesidad de liberarnos de formas y patrones aprendidos. Esta liberación puede venir en forma de sorpresas inesperadas que nos movilicen invitándonos a movernos de los espacios menos pensados. Tendremos que tener cuidado con el exceso de confianza jupiteriana si no queremos quedar como negadores de cierta realidad que se nos evidencia de la peor manera.

Leo es un signo de fuego, con energía masculina y de naturaleza energética fija, es decir, su impulso tiene que ver con expresar y mostrar cierta identidad y hacer centro desde esa posición. Ya pasaron los eclipses y sus lecciones, pero puede que aun tengamos ciertas replicas, en función de qué hayamos hecho con sus aprendizajes y lecciones. Lo que sucedió tuvo por finalidad mostrarnos y evidenciarnos cuestiones negadas y/o reprimidas. El sol leonino actual y sus aspectos son la oportunidad de que tomemos acción directa y concreta en estos aprendizajes y nos saquemos mochilas viejas para poder adentrarnos en aventuras nuevas.

 

Maria Sasia Medrano es una astróloga, socióloga y tarotista que trabaja en Buenos Aires ofreciendo consultas personales, cursos, talleres y workshops. 

-Arte por cortesía de Debra Stapleton