Dale la bienvenida a la pacífica y soñadora luna llena en Virgo
El día 27 de febrero es la luna llena en el signo de Virgo, es decir, la luna llena del mes Piscis. Esta luna llena es bastante más suave que las lunaciones anteriores y se podría pensar que es un evento que trae cierta paz—o al menos una tregua—en medio de tanta actividad astrológica.
El primer motivo por el que se trata de una luna llena más tranquila es que la cuadratura entre los planetas que actualmente se encuentran en Tauro-Acuario se está deshaciendo. Saturno ya ha pasado del grado 7 de Acuario, en el que su cuadratura a Urano en Tauro es perfecta. Esta cuadratura ha marcado el inicio del 2021, y ha supuesto en el nivel social el enfrentamiento entre posturas más conservadoras y otras más innovadoras. A nivel individual, se trata de conflictos entre personas que quieren libertad frente a otras que ven esa libertad o avance como una amenaza a que las relaciones y las colaboraciones continúen. Así que, hay mucha intensidad y tensión tanto en relaciones personales como laborales. Sin embargo, esta tensión ya está perdiendo fuerza.
Además, Mercurio ya no está retrógrado para la fecha de la luna llena, así que la comunicación y el diálogo para llegar a acuerdos fluyen. Es ahora cuando se puede sacar cierta rentabilidad del trabajo que hayas hecho en meses anteriores, especialmente si te has enfocado en cultivar tus contactos y amistades, ya que aún tenemos tres planetas en Acuario.
Por otro lado, Venus se encuentra en Piscis durante el plenilunio. De hecho, vamos a tener tres astros en Piscis: El sol, Venus y Neptuno. Estos tres planetas en el soñador signo de Piscis favorecen que estemos más dispuestos a ayudar a otros—especialmente a aquellos que nos toquen el lado sensible—y mucho más inspirados para temas artísticos. No es necesario que seas un artista profesional (aunque si lo eres aprovecha para trabajar desde el 27 de febrero hasta 15 días después) pero, todos tenemos en nuestro día a día e incluso en el trabajo labores en las que podemos permitirnos ser más creativos o darnos un rato para apreciar detalles que normalmente no apreciamos.
Venus está en exaltación en Piscis, lo que significa que nos llega lo mejor de su influencia si estamos abiertos a ello. Esta combinación favorece la inspiración artística y la conexión emocional con otras personas. También el descanso, la meditación y todo lo espiritual. Por supuesto, favorece el perdón y el encuentro con otras almas que sentimos que son familia. Si necesitas sentirte en paz, dejar atrás conflictos y disfrutar de la sensación de conexión con algo mayor, Venus en Piscis es ideal para todo ello.
El sol en Piscis está dando luz a deseos que son del Yo superior y no tanto del ego, siempre que estemos dispuestos a escuchar. Cuando se habla de Piscis, una de las palabras que más se suelen usar para definirlo es “fluir” y esto es porque la energía de Piscis es la que acepta las cosas tal como vienen. Siendo un signo regido por Júpiter y Neptuno, Piscis tiene el don de sentir que hay algo que le protege. Cuando el sol está en este signo podemos tener confianza en que todo lo que sucede tiene un por qué. Que lo que ahora te atormenta, mañana lo puedes agradecer. Neptuno lleva mucho tiempo en el signo de Piscis, así que aquí lo que hace es sumar aún más energía Neptuniana al sol y a Venus.
Como en toda luna llena, estamos ante un final de un ciclo que dura seis meses. Es el momento de dar a luz todas aquellas ideas y propósitos que tuvimos durante la luna nueva en Virgo que fue en septiembre del 2020. En especial, como se trata del eje Virgo-Piscis, casi siempre los propósitos son de alimentarnos mejor, tener una mejor organización y gestión del tiempo. Así que, si durante estos meses has estado trabajando en esos temas, es bastante probable que ahora puedas ver cómo esos pequeños hábitos y detalles dan resultado, ya sea en tu cuerpo o en tu productividad.
Si los resultados no son los que deseabas, no te tortures, en aquella luna nueva tuvimos a Marte en Aries retrógrado, así que muchas personas han estado sintiendo que les faltaba energía. No es necesario exigirse hasta el punto de superar las propias posibilidades y estresarse por no estar a la altura de lo que otras personas hacen. Se trata, en cambio, de saber por qué haces lo que haces cada día, que sea por cuidarte y no por agradar a otros o alcanzar estándares que no te corresponden. Es momento de preguntarse, ¿dedico la mayor parte de mi tiempo a las cosas que de verdad me importan?