Reconocer las lealtades o contratos familiares para sanarlos
“Hasta que no te hagas consciente de lo que llevas en tu inconsciente, éste último dirigirá tu vida y tú le llamarás destino” Carl G. Jung
Los contratos familiares o lealtades invisibles son un conjunto de creencias grabadas en nuestro inconsciente que han sido heredadas de nuestro grupo familiar. Son ideas que nos transmiten nuestros padres, abuelos, bisabuelos y que no cuestionamos, las aceptamos como ciertas.
Carl Jung, afirma que la parte consciente representa apenas el 5% de nuestra personalidad mientras que el inconsciente representa el 95%. El reto consiste en tomar consciencia de que todas nuestras experiencias, alegrías, tristezas, aciertos y errores—toda nuestra historia está basadas en información archivada en nuestro inconsciente.
Hay que decir que las lealtades familiares no son buenas ni malas. Según Freud, si no se pudiera transmitir esa información de generación, en generación, los bebés comenzarían desde cero y no tendríamos la posibilidad de progresar.
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Ante las lealtades familiares debemos convertirnos en observadores, sin juzgar, entendiendo que la información que hemos heredado y que está en el inconsciente, está allí para emplearla de la mejor manera, no para limitarnos. Cada uno tiene derecho a elegir y vivir su vida sin ataduras, complejos, ni culpas.
Todos tenemos una necesidad básica de pertenecer a algo. Ese sentimiento de solidaridad y compromiso ante la familia es natural. Se considera que las tres generaciones anteriores a ti ejercen influencia en tu vida, incluso si no les conoces o han muerto.
El problema surge cuando inconscientemente repetimos experiencias negativas. Muchas veces nos encontramos haciendo cosas que no sabemos ni por qué las hacemos. Estudiar la carrera que todos en la familia han estudiado (aunque no te guste), casarse a la misma edad que la madre y la abuela, o no encontrar la pareja ideal, etc. Es imperativo trascender esta información que se manifiesta automáticamente como una programación que domina nuestras conductas y acciones.
Llega un momento en el que necesitamos dejar de ser fieles a nuestro clan familiar, empoderarnos y hacer una ruptura. Cuando hay un patrón—es decir, cuando algo se repite—es porque hay un programa activado, un contrato invisible.
Además, toda la información que se encuentra en el inconsciente tiene una resonancia, vibra y atrae a nuestras vidas las circunstancias, personas y situaciones que vibren en la misma frecuencia. Así que si queremos cambiar esas situaciones, personas y circunstancias debemos transformarnos a nosotros mismos y cambiar nuestras percepciones y creencias. La causa está en nosotros mismos. A veces con sólo darnos cuenta ya estamos sanando y liberando los patrones.
Existen personas que vienen a reparar esos conflictos ancestrales de su familia, vienen a hacer esa ruptura y ayudan al resto del clan y a las futuras generaciones a trascender y liberarse.
Son personas que no son conformistas, que buscan la manera de progresar, son diferentes a la gente que les rodea, y a veces no encajan porque son distintas—pueden incluso ser vistas como la oveja negra).
En numerología, las personas reparadoras se distinguen porque tienen números maestros de vida (11, 22, 33). Para saber tu número maestro debes sumar los dígitos de tu fecha de nacimiento.
Sanar las lealtades invisibles
Ya sea que hayas descubierto que eres la persona reparadora de tu familia o no, tienes el derecho de liberarte de las cargas que no te corresponde llevar y asumir tu propia vida sin culpas y sin miedos. Existen diferentes maneras de desligarte de esas lealtades limitantes, aquí te ofrezco un par de opciones:
Hoponopono: Frases que nos ayudan a reconocer y honrar a nuestros ancestros, darles las gracias, pero informarles que queremos romper ese contrato y ser totalmente libres.
Las cuatro frases clave del Hoponopono son: Lo siento, Perdóname, Te amo, Gracias. El trabajo debe hacerse de manera privada, no necesitas decírselo a la persona directamente, basta con visualizarla o mirar una fotografía y decirle las cuatro palabras sanadoras para liberarte. Querido abuelo/a lo siento por no seguir la misma profesión que tú, perdóname si te he defraudado en alguna manera, quiero que sepas que te amo y te doy las gracias por todo lo que has representado en mi vida y por permitirme liberarme y autorrealizarme. El ejercicio debe hacerse con cada miembro de la familia con el que creas que puedes tener un contrato invisible.
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Rituales de ruptura simbólica: Un bonito y significativo ritual es escribirle una carta a cada persona de tu familia con la que necesites romper un contrato invisible. Puedes explicar el por qué lo haces y decir lo mucho que deseas alcanzar tu crecimiento y evolución personal.
Al tratar con familiares que están vivos, a veces es posible hablar con ellos y explicar el por qué queremos romper con una “tradición”. Puede que hablar con ellos les ayude a comprender y aceptar.