Sábado, 1 de Dic. de 2018

Mantras para darle la bienvenida a diciembre y cerrar el año con magia

Ya estamos en la recta final del 2018, la cual comenzó con mucho optimismo y esperanza, especialmente cuando a mediados de año la seguridad financiera y personal estuvieron cuestionadas y en revisión con el movimiento retrogrado de cinco planetas. Siendo el gran aprendizaje del 2018 liberarnos del pasado y prepararnos para nuevas oportunidades.

Afortunadamente con la entrada de Júpiter a Sagitario, ya para este mes de diciembre comenzamos a sentir más alegría o por lo menos que todas las piezas empiezas a encajar. Iniciamos con Mercurio y Urano retrógrados. El primero cambia su curso a directo el 6 de diciembre. Quedando sólo un planeta retrogrado, Urano en Aires, si bien nuestras intenciones pueden estar claras, nuestras acciones serán rápidas e impulsivas.

Durante la primera mitad del mes, Marte y Neptuno se juntan, combinación que, aunque es muy placentera, cambia cuando la luna nueva en Sagitario del 7 de diciembre forma una cuadratura con ambos planetas, creando una energía un poco revuelta con sentimientos de rabia, miedo, decepción, y confusión. Incluso crea una tendencia a sobre idealizar situaciones, por consiguiente, trayendo decepción y desilusión. Es importante tratar de mantenernos lo más centrados posible, y estar al pendiente de todos los detalles de nuestros negocios o asuntos pendientes.

El 17 de diciembre, Marte forma un sextil con Plutón, intensa influencia que dura por lo menos una semana, otorgándonos una oleada de tremenda de energía para alcanzar nuestros objetivos y deseos apasionados. Una vez que nos hayamos decidido sobre un curso de acción, contamos con la determinación para alcanzar tal objetivo. Este aspecto favorece la ejecución de proyectos que anteriormente parecían demasiado difíciles de lograr, ya que podemos enfocarnos con facilidad. Así que esta energía es excelente para tomar el liderazgo y darles una buena impresión a nuestros superiores. En el plano personal, hay una energía sexual y provocativa con una pizca de misterio o peligro. Pero, sobre todo, las comunicaciones y acciones son intensas y profundas, cuando absolutamente nada es superficial.

Más tarde llega el solsticio de invierno el 21 de diciembre, siendo el día más corto del año, dándole la bienvenida a la temporada de Capricornio. Justo al día siguiente la luna se llena en el signo opuesto de Cáncer, activando los nodos lunares y creando un cambio de conciencia que colectivamente nos empuja hacia la seguridad, la comodidad, el cuidado y el compromiso emocional. Lo mejor es que también nos aleja de la hostilidad de las pasadas semanas y nos invita a abrir nuestras mentes a oportunidades inesperadas gracias al sextil con Urano, el cual nos trae sorpresas en las áreas de carrera, finanzas y amor.

Por otra parte, Mercurio estará en conjunción con Júpiter, trayendo la mejor de las suertes a la hora de viajar, ya sea con trayectos cortos o largos. Durante este tránsito, apreciaremos mas la cultura de otros países, e incluso los viajes o estudios pueden tener una connotación espiritual o filosófica.

El 24 de diciembre, cualquier fiesta suele tener su momento de tensión, y así pasa este día con Mercurio y Neptuno en cuadratura. Podemos ver un poco distorsionada la realidad debido a la confusión, especialmente en los negocios. Es sumamente importante ser muy claros en la comunicación, en especial con familia y amigos. Y debido a que podemos estar más susceptibles, es preferible no excederse con el alcohol.

El ambiente se pone mejor para el 28 de diciembre gracias al sextil entre Venus y Plutón, positivo transito que se extiende hacia el año nuevo y nos impulsa a buscar compañía. La posibilidad de comenzar una relación amorosa no solo está en el aire, también hay la posibilidad de relacionarse a un plano emocional más profundo que puede traernos profundos cambios.

Ya para finalizar el mes de diciembre y el año 2018 propiamente, contamos con la combinación de Júpiter en Sagitario y Saturno en Capricornio, cuando todo lo que sucede tiene un orden divino, con la certeza de que hemos tomado las decisiones correctas para que un futuro mejor.